Publicado el 26/10/2025 por Liliana Ahn
Hola, hemos decidido volver al blog después de muchos años de inactividad. Aquí está la primera publicación.
Hablemos un poco de nuestra historia para quienes no la conozcan.
Somos una empresa familiar. Nuestro Presidente es el Sr. SE. Estamos ubicados en el barrio de Liberdade, en São Paulo, y llevamos 18 años en el negocio de las artes marciales. (¡Vaya, pero Se Bogu solo tiene 12 años!).
Sí, teníamos otra empresa antes de Se Bogu, llamada Bogu Sanko. Fue la que dio inicio a nuestro sueño de ayudar al kendo brasileño a crecer y atraer a más practicantes a nuestro querido país. Cuando empezamos, la situación era muy diferente. Comprar un shinai era un auténtico suplicio. Era imposible comprar en línea y que te lo entregaran a domicilio. Había pocas páginas web, y muchas de ellas tenían tarifas de envío internacionales desorbitadas. Hoy, nos enorgullece decir que cualquiera puede hacer su pedido desde nuestra página web y recibir todos sus materiales de kendo, aikido, iaido, ninjutsu y otras artes marciales en casa en cuestión de días.
Desde el principio, hemos contado con el apoyo de la Confederación Brasileña de Kendo, nuestro principal colaborador. Sin ella, probablemente ni siquiera estarías leyendo esta publicación, y Se Bogu ni siquiera existiría. Hoy puedo decir que somos una familia; tenemos una relación muy estrecha con nuestros clientes, lo que hace que nuestro trabajo sea mucho más agradable.
Bien, pero ¿cómo empezó Se a entrenar kendo?
Hace unos 19 años, mi sobrino, casado con la hija de Sensei Takahashi, fue convocado por Sensei para asistir a ABK (Kendo Bandeirantes, como se llamaba antes AKK). Así que me llamó; supongo que no quería ir solo, jaja.
Nunca regresó, y yo continué. Finalmente logré empezar a entrenar kendo, un sueño que tenía desde niño en Corea del Sur, donde nací. Sin embargo, el kendo no se estableció en mi escuela hasta que me gradué.
La vida continuó, y el kendo llegó a mi vida a los 58 años. Desde entonces, he seguido entrenando, viviendo y respirando kendo a diario. Hoy, tengo 76 años, y estoy muy agradecido al kendo y a todo lo que me ha dado. Puedo decir con certeza que entrenar me cambió la vida.
Y cuándo empezaste a entrenar? ¿Qué impacto ha tenido el entrenamiento de artes marciales en tu vida?
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